Alerta para docentes: 3 señales y síntomas del burnout docente para comprender sus impactos y efectos Abordar las señales de agotamiento docente que la mayoría de las instituciones educativas descuidan

YouLearnt Blog

8 de abril de 2024

Rawan Essam

Traducido por:Gabriel Saguma

 

El burnout docente, una preocupación frecuente en el sector educativo, tiene profundas implicaciones para los resultados del aprendizaje de los estudiantes. La Organización Mundial de la Salud describe el burnout como un fenómeno ocupacional caracterizado por tres atributos principales: agotamiento, cinismo e ineficacia. Puede surgir del clima escolar, de compañeros poco solidarios o de la falta de recursos. Para identificar las señales del burnout docente, es crucial concientizar a los profesores de que su agotamiento, cansancio y falta de motivación son sentimientos válidos. Deben prestarse atención a sí mismos porque el burnout también impacta en su vida personal.

 

Niebla mental
 

Los docentes pueden sufrir de niebla mental. Es un término que describe el agotamiento mental que sufren los trabajadores intelectuales, incluidos los maestros, por estudiar en exceso. También se refiere a algunos síntomas cognitivos comunes, como dificultades para concentrarse, prestar atención o problemas de memoria. La mayoría de los profesores pasan por esta fase como resultado de la carga de trabajo. La influencia de esta etapa es catastrófica para los docentes. Los profesores pueden olvidar los nombres de sus alumnos, información relacionada con el currículo, eventos importantes o revisar las tareas con regularidad. Pueden tener dificultad para realizar múltiples tareas a la vez o mantener la atención durante un período prolongado. A menudo no pueden pensar con claridad y sus respuestas se vuelven más lentas. Los educadores a veces luchan por encontrar las palabras correctas para expresarse.

 

Fatiga crónica


El síndrome de fatiga crónica es el más común entre los docentes. Pueden sentirse abrumados por sus tareas diarias, que no disminuyen ni siquiera con el descanso. Los profesores pueden sufrir trastornos del sueño, que se manifiestan en dos formas: los profesores pueden no poder dormir o quedarse dormidos. A pesar de dormir, se despiertan sin sentirse renovados.
Los síntomas de fatiga crónica pueden ser graves si se combinan con síntomas físicos, como dolores de cabeza, dolores musculares y articulares, dolor de garganta o episodios de gripe. La mayoría de los profesores interpretan estos síntomas como algo normal, pero la recurrencia de estos síntomas podría ser una señal de advertencia de burnout.

 

Síntomas emocionales
 

Los docentes pueden sufrir depresión o estrés. Un estudio reveló que la depresión era el problema psicológico más frecuente que conducía al burnout. Según una encuesta, casi dos tercios de los educadores encuentran el trabajo "siempre" o "a menudo" estresante. Pueden luchar contra cambios de humor y problemas de ira. Los profesores pueden sentir estos sentimientos desagradables porque no tienen tiempo para el cuidado personal o para recargar su energía. Los síntomas emocionales pueden presentarse con cambios en el apetito; podrían desarrollar nuevos hábitos como comer en exceso dulces o dejar de comer por completo.

En resumen, el burnout conduce a sentimientos de incompetencia o ineficacia. Los supervisores y directores deben tomar este problema en serio para prevenir cualquier deficiencia en el proceso educativo de los niños y proporcionar un entorno de apoyo donde sus profesores puedan expresar sus problemas.

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